Pese al Covid-19, la sofisticación del mercado de energías renovables sigue atrayendo a grandes fondos de private equity, de pensiones y de infraestructuras globales que están concentrando, como nunca antes, sus esfuerzos y equipos en España. Y lo están haciendo, además, invirtiendo no solo en proyectos con retribución regulada, sino también en proyectos “merchant”, donde algunas entidades bancarias españolas empezaron hace tiempo a actuar como “arrangers” en la financiación de proyectos greenfield. Todo ello en un mercado en plena efervescencia y donde el private equity ha acelerado la rotación de sus portfolios y de sus plataformas renovables.
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